Representación de lo masculino, pero también de nuestra luz interior.
Energía que nos empuja hacia el cumplimiento de nuestro destino, hacia el camino de nuestra realización personal. Es la imagen de la estabilidad y fuente de vida, símbolo de luz que ilumina la razón y por tanto amplia el conocimiento ayudando a que el hombre progrese.
Representa el epicentro de nuestro ser existencial, nuestra referencia espiritual, el que origina nuestra fuerza vital y nuestro potencial creador en busca de nuestros ideales. Esencia interna de la persona y de su verdadera naturaleza, principio de conciencia y voluntad.